¿METRO? ¿QUÉ ES ESO?

La Métrica poética en lengua española nació y murió el mismo día, tal como la rosa; muy bella y olorosa, mas solo dura eso: un día o poco más.

Desde que se decidió dar formato al verso, a la estrofa y al propio poema, miles de escritores, teóricos y retóricos, a lo largo de cientos de años, han publicado tratados de métrica que en nada difieren los unos de los otros. Y se quejan amargamente estos esforzados artistas de que nadie les lee mas… ¿hay razones para ello?

Me parece excelente la idea inicial. Y beneficiosa para el poeta, no cabe duda, pero insuficiente.

Cuando se habla de Métrica, desde los orígenes, se contempla la medida del verso, la posibilidad de unir o desunir vocales, las diversas licencias poéticas, el nombre de las acciones permitidas  y poco más. A ello se le suman los distintos formatos donde encajar lo que se escribe y que recibe diversos nombres en razón de su medida silábica y la manera de separar estrofas.  Así el heptasílabo, el octosílabo, el endecasílabo, el tetrasílabo, etc.; así también los nombres de soneto, décima, sextilla, alejandrino, rondel y muchos etcéteras.

Al aprender a silabear, el iniciado supo contar las sílabas de sus versos e incluso a poner un par de acentitos (ritmos) para que sonaran mejor aunque no siempre lo consiguieron. Y todos contentos pero… ¿no nos falta algo?

—¿Cómo dice? ¿Qué nos falta?

—¡Ah, esa es otra historia!

—¡Cuéntela, hombre!

—Otro día tal vez. Sólo añadiré que la palabra Métrica viene de metro; que el metro, como su nombre indica, es un elemento de medida y que esa medida no sólo sirve para medir el verso sino —y sobre todo— para medir los distintos pies que lo conforman.

—¡Joer! Un poco complicado, ¿no? ¿Qué es eso de los pies, oiga?

—Mire: se llama pie (métrico) a las distintas formas rítmicas fijas que contiene el verso. Para que se dé una idea; un simple octosílabo podría contener hasta 4 pies, pese a que sólo se usa 1 como norma y porque es obligatorio.

—¡Jolines! ¿Cuatro pies? Parecerá un gusano, ¿no?

—Algo así, sí.

—¡Cuente, cuente!

—Otro día quizá, amigo.

Antonio García Vargas

Acerca de Fauno

Me dedico casi exclusivamente a la literatura y sus derivaciones. El antiquísimo mundo clásico griego, su excelsa Poesía y su Mitología, son mi pasión y el entorno del Olympo mi segundo hogar. Allí fui, antes de que los romanos me adoptaran, un dios bastardo, hijo de Zeus y sus amoríos. Me llamaban Pan.
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